Prestar atención y presencia compasiva al trabajar con los demás
La psicología contemplativa está enraizada fundamentalmente en los siguientes principios y métodos:
1. Cordura intrínseca
La psicología contemplativa se basa en la idea de salud radiante e intrínseca, caracterizada por la apertura, la compasión y la claridad. Esto existe incluso en gente que se encuentra muy enferma y se desvela en momentos de apertura, compasión y claridad mental en los que brillan la dignidad y la sabiduría.
Todos los seres humanos poseen dignidad, sabiduría y cordura de forma natural. A menudo la salud intrínseca está oculta por la neurosis y la confusión pero, en cualquier caso, siempre está ahí y se puede redescubrir gracias a la propia disposición de abrirse a lo que es inherente en todas las experiencias.
La cordura intrínseca no es un concepto que se postula o se exige como requisito sino que, más bien, es algo que descubrimos en medio de una experiencia, si estamos dispuestos a tener valentía y apertura para contactar directamente con nuestra experiencia. Por ese motivo, el punto de partida del trabajo terapéutico o sanador no consiste en los síntomas o conflictos entre la gente sino, más bien, fortalecer las energías sanas y creativas que todos poseemos.
2. Meditación y prestar atención
La meditación es una de las formas terapéuticas más antiguas del mundo y la herramienta básica para trabajar en la psicología contemplativa.
La meditación nos permite estar más atentos y ser más conscientes de las experiencias internas y externas. Nos ayuda a ver lo que somos y quiénes somos realmente, más allá de ideas fijas sobre uno mismo, de dogmas y creencias. Esto libera el condicionamiento, sincroniza el cuerpo y la mente y nos ayuda a desvelar los recursos de sanación que todos poseemos.
El prestar atención nos ayuda, además, a mantenernos presentes al trabajar con los demás, a reconocer las pautas propias y ajenas con apertura y a desvelar la sabiduría inherente en un momento o una situación.
3. Compasión e intercambio compasivo
La psicología budista y, cada vez con más frecuencia, otras escuelas de pensamiento como el pensar sistemático, consideran que no existe dualidad fundamental entre uno mismo y los demás. Nacemos con la capacidad de que el mundo nos afecte. Podemos experimentar cómo nos abrimos al sentimiento, pensamiento y actuación a través de estar abiertos y receptivos a la experiencia física, emocional y mental de otra persona. Gracias a la conciencia atenta y a una actitud básica de aceptación creamos un espacio protegido en el que es posible tal intercambio emocional intenso. Esto inicia y apoya los procesos intensivos de curación.
En la psicología contemplativa este proceso se llama intercambio compasivo y se basa en la disciplina y formación sobre el prestar atención, la cordialidad y la compasión por los demás. Este proceso se diferencia de los fenómenos relacionados con la transferencia en que este proceso de intercambio compasivo no se utiliza de forma conceptual ni terapéutica sino que, a través de compartir de forma no conceptual e incondicional lo que es, se hace palpable la cordura intrínseca.
4. Pautas y energías emocionales
A través de la práctica de la meditación y de trabajar con nuestras propias pautas emocionales, desarrollamos una aceptación más grande hacia nosotros mismos y el mundo. La relajación y claridad que esto conlleva nos permite experimentar el mundo interno y externo como espacioso, en el que surgen distintas energías.
Ayudados por la práctica de la “Conciencia del espacio Maitri” podemos examinar estas energías y aprender a reconocer sus manifestaciones neuróticas y sanas en la vida. La práctica de la conciencia del espacio maitri, desarrollada por Chögyam Trungpa Rimpoché, se basa en las enseñanzas del budismo tibetano sobre las cinco familias búdicas con las que podemos despertar y fortalecer nuestras pautas emocionales y energéticas. En una situación protegida de grupo tenemos la posibilidad de cultivar más transparencia y simpatía en relación a nuestras propias pautas emocionales.
Este proceso exige humor, simpatía y aceptación al lidiar con uno mismo y los demás, permite que surja la compasión auténtica y, por consiguiente, permite que surja una relajación natural y liberarse del miedo. Nuestra trabajo se completa examinando la teoría de las cinco familias búdicas, lo que supone observar cómo se expresa la sabiduría tanto en la forma iluminada como en la confusa o en los sentimientos.
La práctica de la conciencia del espacio Maitri es una práctica exclusiva que se ofrece sólo en la Formación Karuna. «Maitri» es una palabra sánscrita que significa «benevolencia incondicional».
Gracias a los métodos de la psicología contemplativa:
- desarrollamos confianza en nuestra propia cordura brillante, como condición previa para reconocer esto y cultivarlo en los demás
- cultivamos una mirada clara y precisa ante la situación del momento y los problemas o perturbaciones que surjan
- tras realizar el necesario trabajo analítico o conceptual, ganamos la claridad de soltar el pensamiento y de experimentar las cosas de forma que trascienda el objetivo clásico orientado al diagnóstico
- desarrollamos la capacidad de ver las relaciones de trabajo como un proceso de dar y tomar, como una relación en la que tanto el cliente como el terapeuta emergen cambiados y enriquecidos, no exhaustos y agotados.
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